¿Qué es la fotografía corporativa?
La fotografía corporativa está directamente relacionada con nuestra imagen de marca, o sea, con esa percepción o imagen mental de nuestra empresa que tienen creada los consumidores. Es un cuerpo de imágenes esenciales para nuestra estrategia de marca, y está orientado a trasladar a nuestro público sensación de solidez y de cercanía.
Esta serie de fotos es tan importante para la imagen de la empresa, como su logo, sus colores o su eslogan. Sin fotografía corporativa la imagen de marca no existiría.
Se ocupa de comunicar una cuidada información sobre las instalaciones, la actividad comercial/industrial y el equipo humano de la empresa. Pero, sobre todo, ha de transmitir sus valores y sus características diferenciales.
Su finalidad no es la de describir lo que vendemos ni la de promover ventas directamente. Su objetivo es que el público conecte emocionalmente con la empresa. Así, el contenido debería hablar de las personas que forman el equipo, de las historias del día a día y de las bondades que aporta el proyecto común.
Estas fotos cuentan en un tono fresco y cercano quienes sois, qué hacéis y por qué sois distintos. Por ello, las grandes empresas priorizan este tipo de comunicación antes de publicitar explícitamente sus productos o servicios. A veces, incluso, buscan identificar la marca y su actividad cotidiana o con un estilo de vida determinado, por ejemplo a través de sugerentes imágenes “still live”.
Fotografía Corporativa VS Fotografía Publicitaria
Cuidar la marca primero para luego vender
No se trata de establecer una comparación ni un ranking entre ambas disciplinas sino de llamar la atención sobre por qué la construcción y el cuidado de la marca son pasos previos para facilitar posteriormente la venta de productos y servicios específicos.
La fotografía corporativa, como parte fundamental de la estrategia de marca, es uno de los pilares sobre los que se construye la identidad de una empresa. Estas imágenes comunican los valores, la cultura y la razón de ser de la marca. Es la primera impresión que los clientes potenciales tienen, y su impacto perdura.
El poder de la fotografía corporativa radica en su capacidad para establecer una conexión emocional con el público. Muestra la cara humana detrás de la empresa, creando empatía y confianza. Los clientes quieren saber quién está detrás de los productos y servicios que consumen, y la fotografía corporativa facilita esta conexión.
La construcción de una marca sólida, donde la fotografía corporativa juega un papel preeminente, allana el camino para la confianza del cliente. Una marca confiable es percibida como más segura y digna de inversión. Al ver caras familiares y el ambiente interno, los clientes sienten que conocen la empresa, lo que reduce las dudas y fomenta la lealtad.
Una vez establecida una base sólida con la fotografía corporativa, la fotografía publicitaria se convierte en una extensión natural. Los productos y servicios específicos se benefician de la confianza ya construida. Los clientes no solo compran un producto, sino que también compran la historia y la reputación que lo respaldan.
En conclusión, “cuidar la marca y luego vender” es una filosofía empresarial que reconoce la importancia crucial de la primera impresión y la confianza continua para garantizar el éxito a largo plazo.
El Primer Paso...
..."Un Reportaje Corporativo"
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